Modelo conservador, por Carlos Fidel.
La estrategia de gestión empresarial del actual gobierno busca establecer las bases para la construcción de un modelo extractivista de crecimiento, reorganizando la estructura de la sociedad y del Estado.
Con un discurso plagado de gestos y promesas difusas, Mauricio Macri superó a su contrincante, por un margen mínimo, en una “segunda vuelta electoral”. Sin embargo, desde un inicio ejerció su gobierno como si la diferencia hubiera sido abrumadora. Seguramente la estrategia de gestión empresarial es instalarse ejerciendo el gobierno para durar por lo menos dos períodos, estableciendo las bases para la construcción de un modelo extractivista de crecimiento (iniciado en décadas anteriores), reorganizando la estructura de la sociedad y del Estado; instalando nuevos cauces y formas de acumulación y distribución desigual de la riqueza. En la última década se ha transitado por varias fases en la cimentación de un modelo de mayor ocupación de la fuerza de trabajo, asociado a la generación de una amplia e innovadora política de inclusión social y extensión de los derechos ciudadanos; sostenido en la extracción de los productos del sector primario impulsados por los altos precios internacionales. La anterior situación permitió una intensa transferencia de ingresos destinados a la población más desposeída. A la par, empujados por la intensificación de la demanda interna, especialmente de los bienes salarios, se instrumentaron algunas medidas gubernamentales para sustituir las importaciones, con estímulos en la investigación e innovación, que resultó en la reindustrialización de la economía. El diseño y aplicación de esa estrategia requería de un alto grado de soberanía y autonomía de la imposición de las recetas de los organismos multinacionales de crédito; por ello, se realizaron acciones para renegociar y pagar la deuda externa, lo que llevó a un fuerte desendeudamiento.
El gobierno de Macri encontró un país desendeudado, con una cierta expansión de ramas productivas industriales, con un trazado de política social sustentada en esquemas distribucionistas y con avances en el desarrollo de los procesos productivos basados en la “economía social”.
En los primeros días el equipo de gobierno aprovechó a fondo el tiempo, ahondó las estructuras productivas de formato extractivistas existentes en la economía.
A través de medidas gubernamentales desmontó las retenciones impositivas a los productos agropecuarios, intentando obtener aumentos de las reservas externas. Realizaron una fuerte transferencia de ingresos a los actores más concentrados que operan en el sector primario, para acentuar el esquema de producción sojero que viene instalándose en el campo, extendiendo la obtención de rentas extraordinarias a otros productos del sector.
A través de medidas gubernamentales desmontó las retenciones impositivas a los productos agropecuarios, intentando obtener aumentos de las reservas externas. Realizaron una fuerte transferencia de ingresos a los actores más concentrados que operan en el sector primario, para acentuar el esquema de producción sojero que viene instalándose en el campo, extendiendo la obtención de rentas extraordinarias a otros productos del sector.
En la dimensión monetaria la intervención estatal produjo una fuerte devaluación, la que hasta ahora resultó en una extracción de excedente de la fuerza de trabajo, proveniente de la reducción del salario real. La recuperación de esa pérdida esta en manos de la respuesta activa de los trabajadores: el segmento que se encuentra dentro del mercado formal, dependerá de la conducta de defensa de sus derechos por parte de los sindicatos que los deberían representar.
En el circuito financiero incorporaron la novedad de avanzar en lo que aquí denominamos el “extrativismo monetario trasladado”; es decir, abrir los canales financieros hacia el exterior que posibiliten la entrada de capitales especulativos (arribo, gano y me voy), sumado a retornar al endeudamiento externo. Recorrido institucional que recuerda nefastas épocas de nuestra historia, que registra negros capítulos dictatoriales y autoritarios.
Ciertamente, a poco de andar de esta estrategia, es de suponer que sus efectos penetrarán en el mercado inmobiliario, especialmente en el urbano; donde se realizarán transacciones soportadas en la circulación de rentas de origen primario, realizando un traslado de excedentes por circuitos de “inversiones extractivas internos”. Sin duda van a repercutir en los precios del mercado del suelo y marco consumido de las ciudades, profundizando los usos fragmentados, segmentados y contaminando el armazón y los variados entrecruzamientos del tejido urbano.
La apurada y prepotente aplicación del modelo conservador de base extractiva primaria y financiera, necesita limar los cimientos institucionales y el respeto de las derechos humanos que en los últimos años de democracia se fueron tejiendo en la sociedad.
El camino gubernamental en un horizonte cercano parece ser que retoma instrumentos de la antigua receta neoliberal, adoptando las siguientes medidas:
- Desmontar gran parte de los soportes de la política social de transferencia de ingresos destinada a los segmentos más pobres.
- Achicar el presupuesto y las funciones del Estado.
- Socavar los sostenes institucionales de signos democráticos.
- Desbaratar y reprimir a los movimientos sociales y organizaciones políticas que disienten con la actual propuesta gubernamental.
- Debilitar y/o eliminar los controles ambientales.
- Flexibilizar el mercado laboral y tender a la baja del salario real.
- Abrir todas las compuertas legales y autoritarias para extraer las rentas diferenciales agrarias y urbanas.
- Abrir la entrada a los productos importados.
- Ampliar la porosidad de la salida monetaria; entre otras cosas, trazando la apertura a los fondos buitres de distinta calaña y origen.
- Tender los puentes de acuerdos con los organismos internacionales de crédito, cuyos fondos, si vienen, estarán adosados a la aplicación de sus recetas uniformemente neoliberales.
Así está el trazado del sendero hacia una nueva realidad que ya ha fracasado en otras épocas, en el país y en el mundo. En lo inmediato la estrategia gubernamental enfrenta dos desafíos:
1. ¿Vendrán en la cantidad y con la rapidez necesaria los capitales en prestamos y golondrinas?
2. ¿La población organizada o no, soportará pasivamente sobre sus espaldas el ajuste y la redistribución regresiva del ingreso que nos propone aplicar el gobierno?
1. ¿Vendrán en la cantidad y con la rapidez necesaria los capitales en prestamos y golondrinas?
2. ¿La población organizada o no, soportará pasivamente sobre sus espaldas el ajuste y la redistribución regresiva del ingreso que nos propone aplicar el gobierno?
Fuente: Página 12.