Harry Potter y la orden del Fénix (5)

Criticas
A medida que Harry, Ron y Hermione crecen -y se acercan peligrosamente al final de la saga del mago, a esta altura adolescente-, los conflictos también aumentan. Ya no vuelan sobre aves para defenderse, ni juegan a imitar animales en sus cuartos en Hogwarts. Pero si los ataques del Innombrable, el Señor Tenebroso que dejó a Harry huérfano en la primera película y es el antagonista eterno, son cada vez más terribles, hay aquí un sobre que habla, una oreja que se estira y el propio Harry se transporta como el Super Agente 86, en una cabina telefónica... Por si faltara poco, llega el momento del primer beso y, sí, un personaje cercano a Harry muere.

Harry Potter y la Orden del Fénix es hasta ahora el libro más extenso (870 páginas), que el realizador David Yates condensó en la película más breve de la saga: 138 minutos. Y empieza fuerte: los Dementores atacan a Harry -ahora con look prolijito- y éste realiza un encantamiento Patronus para salvarse y salvar a su primo gordito. El Ministerio de Magia cree que Dumbledore, el director del cole, está en su contra, y tampoco cree que Voldemort haya regresado y Harry haya peleado con él. El público sabe que esto último es cierto, y el director juega así con el espectador, que tiene más información que varios de los personajes: es una estrategia que en cine muchas veces funciona bien. Y aquí, sucede.

Con Harry entre las cuerdas, con visiones de Voldemort atemorizantes, a punto de ser expulsado por hacer el encantamiento, y con una inquisidora -pero deliciosa dentro de sus maldades- profesora, Dolores Umbridge, a cargo de Hogwarts, los problemas son suficientes como para alterar a cualquiera.

No a Harry, que quiere formar un ejército rebelde entre los estudiantes (¿alguien dijo The Wall?) y sumarse a la Orden del Fénix, para luchar contra Voldemort.

Hay aquí metáforas y posibles análisis acerca de las divisiones internas en una comunidad, que bien podrían borrarse ante un ataque foráneo. No es, igualmente, J.K. Rowling una autora que quiera ir más allá del entretenimiento genuino, que es lo que es HP y la Orden del Fénix, aunque su público fanático le reclame más acción.

"El miedo hace cosas terribles en la gente", se dice por allí. Aquí el miedo es más sugerido que real, pero enfrentarlo es lo que hace crecer a los chicos. Los diferentes, los sangre sucia, los gigantes y los soñadores de Harry Potter saben que la suma de sus individualidades puede derrotar cualquier temor. Más oscura, menos infantil, Harry Potter se está convirtiendo en cosa de grandes, con suspenso y efectos de lo mejor.
Por Pablo O. Scholz de Clarín
11/07/07
Clarín: Muy Buena
La Nación: Regular