Hasta siempre querido José Cejas
A sus 58 años falleció nuestro querido compañero de ATE José Cejas, técnico de Sala del Auditorio y ATE Casa España. Lo llevaremos siempre en nuestros corazones y en cada rincón de ATE que tanto quiso.
Con profunda tristeza despedimos a José, nuestro compañero de trabajo, quien falleció el pasado sábado 2 de noviembre, luego de dos meses de luchar con valentía y determinación, enfrentando su enfermedad.
José tenía 58 años y dedicó casi 22 años de su vida a ATE, donde trabajó en distintos espacios como el Hotel, ATE Casa España y el Cine Auditorio que se convirtió en su segunda casa. Su profesionalismo y responsabilidad se destacaron en cada evento del que formó parte, desde espectáculos, actos, encuentros y cine, siempre dejando una huella imborrable en cada una de las personas e instituciones que pasaron por ATE.
Su compromiso y dedicación con ATE reflejan la gran persona que fue. Era un gran observador, que llevaba adelante una labor silenciosa, meticulosa y quizás imperceptible para algunos, que siempre lograba que todo saliese perfecto ante cada desafío. Con una personalidad curiosa y receptiva, supo afrontar e incorporar a su trabajo los cambios que implicó el paso de lo analógico a lo digital.
Su capacidad de escucha y su calidez humana lo convirtieron en un gran compañero de todos/as y amigo entrañable de muchos/as.
Mientras le decimos adiós, agradecemos el tiempo compartido, recordando los momentos vividos juntos/as y millones de anécdotas. Sus rabietas, sus risas, complicidades. Y también y primordialmente su lealtad, cordialidad y amabilidad.
Siempre vivirá en nuestros corazones y en cada rincón de los espacios de esta institución, principalmente del Cine Auditorio que tanto cuido y quiso.
¡Hasta siempre, José! Te vamos a extrañar.
José tenía 58 años y dedicó casi 22 años de su vida a ATE, donde trabajó en distintos espacios como el Hotel, ATE Casa España y el Cine Auditorio que se convirtió en su segunda casa. Su profesionalismo y responsabilidad se destacaron en cada evento del que formó parte, desde espectáculos, actos, encuentros y cine, siempre dejando una huella imborrable en cada una de las personas e instituciones que pasaron por ATE.
Su compromiso y dedicación con ATE reflejan la gran persona que fue. Era un gran observador, que llevaba adelante una labor silenciosa, meticulosa y quizás imperceptible para algunos, que siempre lograba que todo saliese perfecto ante cada desafío. Con una personalidad curiosa y receptiva, supo afrontar e incorporar a su trabajo los cambios que implicó el paso de lo analógico a lo digital.
Su capacidad de escucha y su calidez humana lo convirtieron en un gran compañero de todos/as y amigo entrañable de muchos/as.
Mientras le decimos adiós, agradecemos el tiempo compartido, recordando los momentos vividos juntos/as y millones de anécdotas. Sus rabietas, sus risas, complicidades. Y también y primordialmente su lealtad, cordialidad y amabilidad.
Siempre vivirá en nuestros corazones y en cada rincón de los espacios de esta institución, principalmente del Cine Auditorio que tanto cuido y quiso.
¡Hasta siempre, José! Te vamos a extrañar.